Escrito en Julio del 2012
Abstract
El listado de sustancias, mezclas o circunstancias
de exposición que son clasificadas como comprobadamente cancerígenas para
humanos por la Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer (IARC –
Grupo 1), crece año tras año; esto sin contar las que aparecen clasificadas
como probables carcinógenos para humanos (Grupo 2A de la IARC) o las que están
en la lista de prioridades para futuras investigaciones, por evidenciar
carcinogenicidad en animales. Muchas de ellas se encuentran presentes en los
ambientes ocupacionales de diversos sectores de la industria o la minería.
Existe controversia sobre si para este tipo de sustancias existen o no valores
límite umbral. Algunas de estos elementos están presentes naturalmente en el
medio ambiente, por ser recursos naturales y ser arrastrados por mecanismos de
erosión hacia el aire que respiramos; algunos autores consideran que creer que
se puede conseguir un nivel de “cero riesgo” es una idea errónea que
posiblemente conducirá hacia un camino equivocado.
Para muchos sectores productivos, es inevitable el uso de sustancias
clasificadas como cancerígenas. El sistema de pensión especial para actividades
de alto riesgo, genera presiones sobre el reconocimiento de la exposición a
sustancias comprobadamente cancerígenas y la consecuente obligación
prestacional de 10 puntos a cargo del empleador; definir que es estar expuesto,
ha sido el problema de este sistema.
Cabría preguntarse si con los actuales adelantos en materia de control
de riesgo, el área de salud y seguridad en el trabajo estaría en capacidad de
manejar con seguridad estas sustancias? Es ético que la industria utilice estas
materias primas o que se exploten minerales que tienen la misma condición? Se
puede aplicar el concepto de valores umbrales para las sustancias cancerígenas?
Este trabajo presenta una posición basada en la realidad de la industria y
plantea la posibilidad de darle un uso seguro a todas las materias primas y
sustancias, en concordancia con planteamientos realizados por el Ministerio de
la Protección Social en Colombia.
Palabras
clave
Cáncer, Cancerígeno, Ocupacional
Introducción
El cáncer es una
enfermedad común en todos los países del mundo. La probabilidad de que una
persona desarrolle cáncer por la edad de los 70 años, varía entre un 10% y 40
en ambos sexos. En promedio, en los países desarrollados, una de cada cinco
personas morirá de cáncer; esta proporción es aproximadamente uno de cada 15 en
los países en desarrollo (1).
Tabla 1: Casos de cáncer por edad
en los Estados Unidos (casos por 100,000 personas).
La importancia de
los factores ambientales como causas de cáncer en humanos, ha sido demostrada
por estudios epidemiológicos que relacionan agentes en particular con
determinados tipos de cáncer. Se han hecho intentos para estimar numéricamente
la contribución relativa de esos factores con el 80 o 90% de tumores malignos
que podría atribuirse a factores ambientales. El patrón varía, por supuesto, de
una población a otra acuerdo con las diferencias en las exposiciones y
posiblemente, en la susceptibilidad genética a varios tipos de cáncer. En
muchos países industrializados, sin embargo, el tabaquismo y factores de la
dieta pueden ser responsables cada uno, de aproximadamente un tercio de los
tumores determinados por factores ambientales (Doll y Peto 1981), mientras que
en los países en desarrollo el papel de agentes biológicos es probable que sea
de gran proporción y la del tabaco relativamente pequeñas (pero en ascenso,
tras el reciente aumento en el consumo de tabaco en estas poblaciones).
El cáncer es un grupo de enfermedades diferentes que tienen la
misma característica, el crecimiento incontrolado y la proliferación de células
anormales. Cada tipo de cáncer puede tener su propio conjunto de causas. Muchos
factores juegan un papel en el desarrollo del cáncer. La importancia de estos
factores es diferente para los diferentes tipos de cáncer. El riesgo de una
persona de desarrollar un cáncer en particular está influenciado por una
combinación de factores que interactúan en formas que aún no han sido
entendidas completamente (2). Algunos de estos factores, son:
- Las características personales tales como
edad, sexo y raza;
- Antecedentes familiares de cáncer;
- La dieta y los hábitos personales como el
tabaquismo y el consumo de alcohol;
- La presencia de ciertas condiciones médicas;
- La exposición a agentes cancerígenos en el
medio ambiente; y
- La exposición a agentes cancerígenos en el
lugar de trabajo.
Existe controversia
sobre la proporción de casos de cáncer que pueden ser atribuibles a
exposiciones ocupacionales. Varias son las características de este tipo de
lesiones, que hacen difícil hacer estas estimaciones:
- La latencia en el
desarrollo del cáncer. El cáncer ocupacional por lo general, se hace evidente mucho
después de la exposición inicial a los carcinógenos; este intervalo puede
variar de 5 años a más de 40 años, por lo que es difícil caracterizar las
exposiciones del pasado.
- Influencia de la exposición
a múltiples cancerígenos. Los enfermos de cáncer, pueden haber estado expuestos
ocupacionalmente a muchos agentes cancerígenos, la interacción entre estos
agentes o entre ellos y otros factores podrían incrementar enormemente el
riesgo de cáncer.
- Influencia de los factores del comportamiento. El humo del tabaco, las bebidas alcohólicas, y los hábitos alimenticios también influyen en el desarrollo del cáncer. Por otra parte, estos factores como el humo de cigarrillo interactuando con agentes físicos y químicos en el ambiente de trabajo, incrementan el riesgo de cáncer.
- Errores en el diagnóstico y
la clasificación del cáncer. Neoplasias poco comunes son a menudo mal diagnosticados, incluso
diagnósticos correctos puede estar mal clasificados según la Clasificación
Internacional de Enfermedades (CIE).
- Fallas al diligenciar las
historias laborales. En sólo unos pocos casos se recopila la información sobre la
historia laboral de las víctimas del cáncer, por lo que para muchos casos,
las asociaciones con carcinógenos ocupacionales no son evidentes.
- La dificultad para evaluar
la exposición cuantitativamente. Los resultados de las mediciones ambientales
y los niveles y duración de la exposición, por lo general no están
disponibles. En consecuencia, la capacidad para definir las relaciones
dosis-respuesta ha sido muy limitada.
- La frecuencia de
determinados tipos de cánceres. La etiología ocupacional de un cáncer muy
raro, debido a un agente específico (por ejemplo, hemangiosarcoma del
hígado debido al cloruro de vinilo) es mucho más fácilmente documentada
que la etiología laboral de un tipo de cáncer potencialmente causado por
varios factores (por ejemplo, el cáncer de pulmón asociado con la
exposición a cromatos).
- El "factor de dilución”. Diferencias altamente significativas en las tasas de cáncer entre los pequeños subgrupos de una población puede ser pasada por alto debido a que estas tasas afectan ligeramente la tasa global de cáncer en un gran estudio poblacional.
A pesar de estas dificultades, varios
intentos se han realizado para estimar la proporción de los cánceres
relacionados con la ocupación. Estas estimaciones abarcan una amplia gama,
desde menos del 4% a más del 20%. Si bien estas estimaciones son imprecisas,
obviamente, no quedan dudas que los factores laborales se relacionan significativamente
con un mayor riesgo de cáncer. Por otra parte, en grupos particulares de
trabajadores expuestos a agentes carcinógenos específicos, la proporción de
quienes finalmente desarrollan cáncer de origen profesional puede ser grande
(3).
No es fácil
precisar una de definición de carcinógenos ocupacionales; la mayoría de
exposiciones ocupacionales también están presentes en los ambientes generales
y/o en productos de consumo. De igual manera, la mayoría de exposiciones
ambientales y productos de consumo (incluyendo medicinas, alimentos y otros),
se pueden encontrar en ambientes ocupacionales. Las distinciones pueden ser
bastante arbitrarias; por ejemplo, mientras que el humo del tabaco, la luz
solar y los medicamentos inmunosupresores no son principalmente considerados
como exposiciones ocupacionales, hay trabajadores cuyas ocupaciones los ponen
en contacto con estos agentes. Asimismo,
si bien los asbestos, el benceno y el gas radón se consideran cancerígenos ocupacionales,
también se encuentran ampliamente entre la población general, y de hecho es
probable que muchas más personas están expuestas a estas sustancias fuera que
dentro del ambiente laboral. Dentro de todas las sustancias presentes en los
ambientes ocupacionales de las cuales no se tienen datos relativos a la
carcinogenicidad en humanos, hay cientos de ellas que han demostrado ser
cancerígenas en animales y miles de ellas han demostrado tener algún efecto en
los ensayos de mutagenicidad o genotoxicidad.
La exposición ocupacional se define como
cualquier contacto entre el cuerpo humano y un agente potencialmente dañino o
el medio ambiente en el lugar de trabajo. La probabilidad de que un trabajador
desarrolle cáncer está influenciada por la dosis total recibida del
carcinógeno, la potencia del carcinógeno, la presencia de otros riesgos (en
particular el consumo de tabaco), y la susceptibilidad individual. El exceso de
exposición a agentes carcinógenos puede conducir a cambios a nivel celular,
dando como resultado el crecimiento descontrolado de células anormales que
invaden y destruyen los tejidos normales (en el pulmón, el sistema sanguíneo,
etc.)(4).
La
Clasificación de los Cancerígenos
La agencia internacional para la investigación sobre cáncer
(IARC) es parte de la Organización Mundial de la Salud (WHO). La
misión de IARC es coordinar y conducir la investigación sobre las causas del
cáncer humano, los mecanismos de la carcinogénesis, y desarrollar las
estrategias científicas para el control del cáncer.
La IARC tiene varias unidades de investigación, una de ellas: la
“Unidad de Identificación y Evaluación Carcinogénica”. Esta unidad de
investigación trabaja en el análisis razonado de información sobre los agentes
carcinógenos humanos probados y posibles, y la necesidad de determinar los riesgos
que se presentan por la exposición a los factores de productos químicos,
físicos y biológicos. Las fuentes de tales exposiciones son variados: el
lugar de trabajo, el ambiente o los estilos de vida individuales (bebidas
alcohólicas, cigarrillo, dieta, etc.). Las evaluaciones científicas
independientes del poder carcinogénico de tales exposiciones, se pueden
utilizar como una base para la información, regulación y legislación por la
comunidad investigativa, las autoridades nacionales y las organizaciones
internacionales.
El trabajo principal de la unidad es la producción
de las “monografías” IARC, una serie de evaluaciones de riesgos carcinógenos a
los seres humanos. Desde su inicio en 1972, el “programa” ha repasado más
de 900 agentes, y las monografías de IARC han llegado a ser bien conocidas por
su minuciosidad, exactitud e integridad. Con estos datos, hay una
oportunidad de proporcionar la información significativa para las naciones al
calibrar el grado del riesgo a sus poblaciones con respecto a las sustancias
identificadas como peligrosas. La información referente a la ruta de la
exposición a los seres humanos, condiciones reales durante el uso, exposición
acumulativa al agente, farmacokinesis con respecto a su suerte en el anfitrión
humano, está en muchos casos disponible para el análisis completo del
riesgo.
La Agencia Internacional de Investigación sobre el
Cáncer (IARC, 2010) ha clasificado a 165 agentes químicos o biológicos como
carcinógenos humanos conocidos o probables, y la exposición a muchos de estos
agentes carcinógenos (por ejemplo, asbesto, cadmio y el benceno) se producen en
el ambiente laboral.
Cómo se debe Interpretar la
clasificación de la IARC?
Según lo
evaluado en Monografías de IARC Los volúmenes 1-100, las listas contienen
todos los agentes, mezclas y circunstancias de las exposiciones evaluadas hasta
la fecha como el “grupo 1” (carcinógeno a los seres humanos).
La lista fue actualizada por última vez el 30 de agosto de
2010. Ahora contiene 107 agentes, mezclas y actividades clasificadas en
el “grupo 1 - carcinógeno a los seres humanos”. Estos agentes se dividen en
tres secciones: “Agentes y grupos de agentes”; “Mezclas” y “Circunstancias de
la exposición”. Para propósitos ilustrativos se indican algunos productos
de estas tres secciones:
Agentes y grupos de agentes:
Asbestos
Benceno
Berilio
Cadmio
Cromo (VI)
Terapia con estrógenos,
postmenopáusica.
Terapia de estrógenos –
progestágenos para la menopausia.
Anticonceptivos orales (combinados)
de estrógeno-progestágenos.
Polvo de sílice cristalina, en forma
de cuarzo o cristobalita.
Cloruro de vinilo
X-radiación y radiación gamma
Mezclas:
Bebidas alcohólicas
Mezclas analgésicas que contienen
phenacetin
Pescados salados (al estilo Chino)
Humo del tabaco
Polvo de madera
Circunstancias de la exposición:
Producción del aluminio
Producción de carbón
Fabricación de botas y zapatos
Fabricación de muebles y gabinetes
Fundición del hierro y del acero
Pintor (exposición ocupacional)
Industria de goma
Radiación solar
El humo de tabaco
La clasificación de IARC cubre solamente identificación y
caracterización (peligro) de estos agentes, mezclas y actividades. No
incluye grado del riesgo, por ejemplo la probabilidad de manifestaciones
tóxicas bajo condiciones reales del uso hoy. Esto es una
distinción importante: el “peligro” no es “riesgo”. La clasificación de
IARC es sobre el peligro, no el riesgo. De hecho, caracterizar una
sustancia peligrosa no es igual a determinar su riesgo verdadero.
La Identificación del peligro es un componente esencial, pero escaso
para el grado de riesgo, que abarca también datos de la exposición en un
cierto plazo, y valoración del riesgo probable bajo condiciones reales
de uso. Debido a la confusión conceptual y el uso indistinto de los
términos “peligro” y “riesgo”, se crea un miedo generalizado en el público
debido a la aparición de términos como el de CANCER. Esta
malinterpretación da lugar a menudo a respuestas políticas a dicho miedo,
presionando la acción reguladora a los extremos. El uso abusivo
del “principio preventivo” (los PP) es un ejemplo de tales situaciones.
Algunos gobiernos y grupos de presión proponen los PP, convencidos de que una
interdicción representa la eliminación completa del peligro. Una visión
tan simplista no puede medir el costo/beneficio de una interdicción completa
contra el uso controlado, y conduce a resultados desafortunados.
Considere los 90 agentes y lugares del trabajo en donde la exposición a las
mezclas se relaciona con las causas de cáncer. La terapia del estrógeno,
los agentes quimioterapéuticos usados en el tratamiento de algunos cánceres, la
producción del caucho, la fabricación de zapatos y botas, de muebles y
gabinetes y el ambiente del pintor de la casa, están entre los agentes y los
lugares del trabajo en donde se han divulgado exceso de cánceres. La
interdicción de estos agentes y los lugares del trabajo podían causar caos
global. Por estas razones, IARC debe incluir declaraciones adicionales en
sus documentos para advertir las consecuencias involuntarias potenciales del
control o de la interdicción extrema.
Sin embargo, esta información es en gran parte
inexplorada en el esquema de la clasificación de IARC. De hecho, hay que
preguntarse por qué el IARC persisten en usar el término “riesgo” en el título
y el texto de sus monografías cuando de hecho, no desglosan el significado del
término “riesgo” y reconocen que las monografías son un ejercicio de evaluación
o identificación del “peligro” del de
cáncer (6). Desafortunadamente, algunos Gobiernos y grupos de presión han
utilizado la identificación de peligro para avanzar en atacar el
uso de sustancias clasificadas como cancerígenas sin analizar las implicaciones
y consecuencias del mal uso del término “riesgo”.
El Desconocimiento de los Efectos de
Muchas Sustancias.
Millones de
trabajadores de EE.UU. están expuestos a las sustancias que han probado ser
agentes cancerígenos en estudios con animales. Sin embargo, menos del 2% de los
productos químicos en el comercio han sido probados en cuanto a carcinogenicidad
(2).
En la
actualidad, en la página del Chemical Abstracts Service (CAS) que es una
división de la Sociedad Química Americana, se reporta lo siguiente:
- Más de 50.000.000
sustancias orgánicas e inorgánicas.
- 42.541.853 químicos
comercialmente disponibles
- 281.459 Sustancias reguladas o inventariadas; solo el 2% de estas, han sido testeadas para verificar si tiene o no riesgo de carcinogenicidad.
Gráfico 1: Caracterización de las sustancias químicas.
Cada día son
adicionadas 12.000 nuevas sustancias al registro CAS (5).
Trabajo con Sustancias Potencialmente
Peligrosas.
Al tratar con sustancias potencialmente peligrosas, se utiliza el
acercamiento clásico de tres fases (three-pronged):
- Identificación
del peligro (caracterización): Una fuente del riesgo que no
implica necesariamente un potencial para la ocurrencia. Un peligro
produce riesgo solamente si existe un grado de la exposición y si las
exposiciones crean la posibilidad de consecuencias adversas.
- Evaluación
del grado de riesgo: Implica la integración de datos, de la identificación del
peligro, el grado de la exposición, y de relaciones de la dosis-respuesta
para estimar la naturaleza y la probabilidad de efectos nocivos.
- Administración del riesgo: Secuencia de desarrollo continuo de una serie de etapas, para la toma de decisiones. Implica establecer el contexto, identificar los riesgos, analizarlos, evaluarlos, tratarlos, monitorearlos y comunicarlos.
Se debe resaltar de nuevo que el esquema de la clasificación de
IARC se refiere solamente a la “identificación
del peligro”. No hace referencia al “grado de riesgo” que, según lo mencionado anteriormente, debe
incluir varios componentes de la dosis y de la duración de la exposición.
Por lo tanto, la clasificación de IARC no debe ser utilizada por la acción
reguladora como “instrumento para la administración del riesgo” sin el previo
análisis del grado de riesgo.
Coexistimos con
sustancias naturales cancerígenas en nuestro medio ambiente. Para poder
enfrentarnos a ellas, debemos calcular el riesgo asociado a la exposición a
estas sustancias y utilizar la mejor tecnología disponible para reducir el
riesgo a un nivel aceptable. Creer que podemos conseguir un nivel cero de
riesgo es una idea errónea que posiblemente nos llevaría por el camino
equivocado. El elevado costo y la complejidad de los ensayos en animales nos
obligan a utilizar modelos matemáticos para predecir los riesgos de exposición
a pequeñas dosis de una sustancia (8).
Los Valores Límite Permisibles
La distinción entre
los agentes carcinógenos probables que causan tumores por la interacción con el
material genético (genotóxicos) y agentes carcinógenos que causan tumores por
otro mecanismo que no implique genotoxicidad (no genotóxicos) es el principal
determinante para la selección de las metodologías de evaluación de riesgos. Un
agente genotóxico químico o físico tiene la capacidad de inducir mutaciones o
también llamado indicador de efecto los cuales están mecánicamente asociados
con la formación de las mutaciones (por ejemplo, la inducción de modificaciones
del ADN, la reparación del ADN, o de la recombinación).
Para los agentes
genotóxicos se considera que no existe un umbral, por la capacidad de inducir
daño en el ADN de una manera lineal a la dosis administrada. También es
teóricamente asumido que incluso una sola molécula de un carcinógeno genotóxico
puede causar una mutación y por lo tanto dar lugar a un aumento de la
incidencia de cáncer, aunque el aumento en el riesgo puede ser infinitamente
pequeño.
Por otra parte, muchos productos químicos carecen de actividad genotóxica para
inducir tumores en los ensayos con animales; su acción primaria no implica la
reactividad con el material genético. Hay acuerdo general sobre el hecho que el
conocimiento del mecanismo subyacente no genotóxico de tales componentes,
justifica la identificación de un NOEL (nivel sin efecto observable) (9).
En los principios de
las clasificaciones actuales sobre sustancias cancerígenas (por ejemplo, la
IARC), el modo de acción y la potencia de un agente carcinógeno o no son
tomados en cuenta, o en el mejor de los casos se utilizan como argumentos de
apoyo. Sin embargo, el avance del conocimiento sobre los mecanismos bioquímicos
de la carcinogénesis y las potencias diferentes de carcinógenos ha puesto en
marcha una reevaluación de los conceptos tradicionales.
Algunos autores
promueven que los efectos de todas las sustancias cancerígenas son
independientes de la dosis, es decir, no hay dosis umbral o dosis mínima para
producir un efecto. A esto se le denomina efectos ESTOCÁSTICOS. La dosis umbral es aquella que marca el
límite arriba del cual se presenta un efecto, y debajo del cual no hay efecto.
Esto sería aplicable para los agentes cancerígenos genotóxicos como lo hemos
mencionado antes, pero no aplicaría para los que no son genotóxicos.
Los límites de
exposición aplicados a los contaminantes ambientales en el lugar de trabajo se
basan en la premisa de que, aunque todas las sustancias químicas son tóxicas en
determinada concentración cuando la exposición a ellas se prolonga durante un
cierto período de tiempo, existe una concentración (es decir, dosis) para todas
las sustancias a la que no se produce ningún efecto nocivo, sea cual sea la
frecuencia con que se repita la exposición. Una premisa similar se aplica a las
sustancias cuyos efectos se limitan a irritación, narcosis, molestias y otras
formas de estrés (Stokinger 1981; ACGIH 1994) (10).
Teniendo esto en
cuenta, algunos límites de exposición profesional propuestos por distintos
organismos normativos a principios del decenio de 1980, corresponden a niveles
que, aunque no garantizan una ausencia completa de riesgos, estos riesgos no
son mayores que los riesgos profesionales clásicos, como electrocuciones,
caídas, etc. Incluso en lugares de trabajo en los que no se utilizan sustancias
químicas industriales, el riesgo global de sufrir una lesión fatal es casi de
uno por mil. Este es el razonamiento que se ha utilizado para justificar la
elección de este criterio de riesgo teórico de cáncer para establecer los TLV
aplicados a cancerígenos químicos (Rodricks, Brett y Wrenn 1987; Travis y cols.
1987) (10).
La Guía de Atención
Integral de Salud Ocupacional Basada en la Evidencia para Cáncer de Pulmón
relacionado con el trabajo (GATISO-CAP), recomienda aplicar los valores
publicados anualmente por ACGIH en el texto de los TLVs and BEIs (por sus
siglas en ingles). El criterio de uso de los valores límites permisibles para
los agentes químicos causantes de cáncer pulmonar se establece bajo la premisa
de que la sola presencia o identificación de la sustancia y la potencial
exposición del trabajador requieren de una intervención inmediata al margen del
valor límite aceptado como referencia.
El Artículo 154
de la Resolución 2400/79 del Ministerio de Trabajo y Seguridad Social de
Colombia, establece sobre las concentraciones máximas permisibles, que las
mismas se fijarán de acuerdo con la tabla establecida por la Conferencia
Americana de Higienistas Industriales Gubernamentales, o con los valores
límites permisibles fijados por el Ministerio de Salud.
Evaluación de los Riesgos
Al igual que con cualquier otra sustancia química y
especialmente cuando se trata de una sustancia cancerígena, se debe realizar una evaluación del riesgo en
la cual se debe tener en cuenta lo siguiente:
- Identificación de la sustancia a utilizar y la justificación de su uso
- La naturaleza y gravedad de los peligros es decir, es un carcinógeno?
- Si es factible y razonable la sustitución por una sustancia científicamente reconocida por autoridad competente como inofensiva o menos nociva.
- Evaluación del riesgo de exposición. ¿Hay trabajadores que pueden estar en riesgo particular, incluyendo los posibles riesgos para las mujeres embarazadas?
- Identificar las medidas de control por las cuales la exposición puede ser prevenida o si no es razonable y factible, controlada:
- Prevenir la exposición: Si la prevención no es posible, controlar la exposición a un nivel tan bajo como sea razonablemente posible mediante el uso de alternativas más seguras si están disponibles; modificar el proceso para evitar el uso del agentes carcinógenos y evitar la formación de subproductos o productos intermedios carcinógenos.
- Encerramiento total del proceso o de partes del proceso que podrían generar exposición (a menos que no sea razonablemente posible).
- Utilización de materiales, procesos y sistemas de trabajo que reduzcan al mínimo la generación de, o reprimir y contener fugas derrames, humos y vapores.
- Formación y Supervisión
- El equipo de protección personal puede ser utilizado como protección secundaria, pero nunca debe ser el principal medio de control de la exposición.
- Precauciones que se deben tener en actividades no rutinarias por ejemplo, en situaciones de emergencia.
- Uso de equipo de protección personal.
- Disposición de residuos.
- Procedimientos de monitoreo, cuando sea necesario.
- Procedimientos de vigilancia de la salud.
- Requerimientos de información / formación y supervisión.
La evaluación debe ser revisada:
- Si existe algún indicio de que las medidas de control hallan fallado, como por ejemplo después de un accidente o incidente o por una acción de monitoreo.
- Si hay algún cambio en el proceso.
- Rutinariamente, por lo menos una vez al año.
Iniciativas Actuales del Gobierno Nacional
En junio de 2006 el
Ministerio de la Protección Social publicó el Manual de Agentes Carcinógenos de
los grupos 1 y 2a de la IARC, de interés Ocupacional para Colombia, para
efectos de que se constituya en un documento de referencia y consulta para
aquellos interesados en el cáncer ocupacional, tanto en su diagnóstico como en
su prevención en el ámbito nacional; adicionalmente, se constituye en el
soporte técnico para la elaboración de la matriz de exposición laboral (MEL) a
estos agentes (11).
Adicionalmente, se
están impulsando otras iniciativas como el Plan Nacional para la Prevención del
Cáncer Ocupacional en Colombia; el Plan Nacional para la Prevención de la
Silicosis, la Neumoconiosis de los Mineros del Carbón y La Asbestosis; el
Sistema de Vigilancia Epidemiológica del Cáncer Ocupacional – SIVECAO; los
Proyectos de Reglamento Técnico para el uso del crisotilo y la sílice
cristalina en condiciones de seguridad.
Discusión
- Actualmente se tienen identificadas más de
50.000.000 Millones sustancias orgánicas e inorgánicas.
- Solo un poco más de 280.000 están reguladas e
inventariadas.
- Diariamente, se añaden 12.000 nuevas sustancias
al registro CAS.
- Solo el 2% de las sustancias reguladas, han sido
testeadas para efectos carcinogénicos; del 98% restante se desconoce si
tienen o no relación con la posibilidad de generar cáncer.
- El Grupo 1 de la IARC, progresivamente incrementa
el número de sustancias clasificadas como comprobadamente cancerígenas
para humanos.
- El hecho que una sustancia esté incluida en el
Grupo 1 de la IARC, no equivale a “CANCER”.
- Es necesario profundizar en la investigación en
Colombia, se sospecha un gran subregistro en la identificación de los
casos. Es necesario conocer la verdadera magnitud de la problemática en
nuestro país.
- En diversas actividades del sector informal, la
minería y la industria en general de Colombia, se utilizan sustancias
clasificadas como cancerígenas con desinformación en muchas ocasiones,
sobre los efectos que pueden ocasionar a la salud y las medidas de control
que deben ser implementadas para reducir o controlar el riesgo.
- Las actividades clasificadas como de alto riesgo,
están reguladas por un régimen especial de pensión.
- En muchos procesos, es imposible eliminar la exposición
o el contacto con agentes clasificados como cancerígenos.
- Muchos sectores industriales, fundamentan sus
actividades en sustancias, mezclas o circunstancias de exposición
clasificadas en el Grupo 1 de la IARC, entonces:
- Por este hecho, deben ser estigmatizados?
- Los adelantos en materia de higiene, salud y
seguridad en el trabajo pueden apoyar a las empresas para controlar estos
riesgos?
- La reglamentación
acompañada de inspección, vigilancia y control, pude ayudar a controlar
el riesgo?
- Es compatible la
salud y la seguridad en el trabajo con el uso de sustancias clasificadas
en el Grupo 1 de la IARC
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